Un fabricante de biosimilares debe comprobar que su producto es suficientemente similar al producto de referencia para que sirva como una alternativa. Se requieren estudios de calidad comparativa, eficacia e inocuidad, que deben efectuarse de forma escalonada para demostrar la biosimilitud.
Los medicamentos biológicos, en contraposición a los fármacos obtenidos por síntesis química, son moléculas altamente complejas y que requieren para su producción de un organismo vivo. Dada su naturaleza biológica existe una cierta variabilidad estructural inherente a cualquier biológico, en contraposición a la homogeneidad de los medicamentos de síntesis química. Por eso reproducir un medicamento biológico original y demostrar la equivalencia entre ambos, es decir crear un biosimilar, requiere de muchos más estudios que los que se necesitan para producir un genérico (réplica de un medicamento de síntesis).